

Rey de los vampiros
Vlad III Tepes (El empalador)

Haz clck para ver un documental con mas información sobre Vlad III
Vlad III nació en Sighiisoara hacia 1431, conocido como El empalador (Tepes en Rumano), Fue uno de los tres hijos legitimos de Vlad Dracul (El diablo), de ahi otro de sus sobrenombres Draculea (Hijo del diablo); fue príncipe y posteriormente rey de Valaquia. A lo largo de su vida fue protagonista de escalofriantes hechos que lo llevaron a ser parte de la historia y si bien muchos lo consideran un sanguinario y enfermo mental, en su natal Rumania es considerado héroe nacional por su ardua lucha contra los turcos.
​
A continuación te dejo algunos de los relatos verídicos sobre este hombre hecho vampiro por cuestión popular...
Armas Biológicas

Durante la guerra con los Turcos uso a los
enfermos bajo su dominio como armas biológicas,
todo aquel que padeciera de enfermedades
como Sífilis y demás era camuflado y enviado a
las filas del enemigo para así de forma gradual
mermar las unidades de combate y asegurar
una victoria sin siquiera luchar.

Felicitacion a los soldados
En 1462 después de un ataque al ejército turco que causó entre sus propias filas numerosos heridos fue a visitar el lugar donde eran atendidos.
Minuciosamente cuentan que fue inspeccionando a los heridos, separando a los que tenían lesiones y heridas en la cara o en el pecho o en la parte de las piernas de los que tenían las heridas claramente en la espalda. Fue a donde estaban los heridos en el pecho y en la cara y les felicitó por su valor en el combate, pero a continuación fue a donde estaban los heridos en la espalda y ordenó empalarlos,por el hecho de haber sido heridos en combate por la espalda.
Torturas y condenas
Aunque el empalamiento era, la diversión favorita de Vlad, también utilizó otros métodos de tortura: la amputación de miembros, narices y orejas; la extracción de ojos con ganchos; el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, el vaciado de ojos, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales y el desencaje de mandíbulas.

Eliminación de pobres y gitanos
La población se quejaba de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones y asaltantes en sus territorios, además de los pobres, Para erradicar esto propuso un gran festín en una gran casa de las afueras de las ciudades para pobres, ladrones, tullidos, leprosos, enfermos, pordioseros, en donde las grandes viandas y el vino estaban por doquier. Cuando ya todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad y su guardia se plantaron en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días se dieran festines como aquel, a lo que los mendigos y demás personas respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas. Vlad les sonrió y mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza acabando con los pobres. Esto se fue repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado. Llegaron a morir 3.600.

El siguiente grupo para él improductivo con el que quiso acabar, fue el de los gitanos. Vlad reunió a los trescientos de una comarca, mandó que asaran a los tres líderes para que los demás los comieran o a cambio se alistaran al frente turco, sino todos serían asados. Los gitanos optaron por lo segundo.
Mensajeros turcos
Se presentaron ante el unos emisarios del Sultán procedentes de Estambul. Estos iban ataviados con sus ropas tradicionales, entre ellas el turbante, como al presentarse ante él, Vlad les preguntó que por qué no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza, a lo que los turcos respondieron , que no era costumbre en su país, Vlad, ofendido ante tamaña desfachatez, decidió reforzar sus costumbres y los devolvió a Estambul con los turbantes clavados a los cráneos, para que nunca se los sacasen.
​El comerciante
Un comerciante florentino se presentó en su castillo para denunciar que le habían robado una bolsa de monedas de oro. El príncipe le dijo que volviera al día siguiente. Cuando el mercader retornó al día siguiente, los ladrones y todos los miembros de sus familias estaban empalados en el patio de castillo. Frente a ellos, Vlad devolvió la bolsa robada.
Entonces el Empalador le pidió al comerciante que contara las monedas de la bolsa, para comprobar si faltaba alguna. El aterrorizado extranjero las contó cuidadosamente, y probablemente demasiado asustado para mentir, musitó finalmente: -Sobra una.
Vlad le contestó: -Tu honradez te ha salvado. Si hubieras intentado quedártela, habrías acabado en la estaca más alta, junto con éstos..

El monje empalado
Un día cuando Vlad paseaba con un monje junto a un bosque de empalados, éste le dijo que el hedor era insoportable, pero se lo dijo en tono de sorna. Vlad lo miró con ojos incendiarios y ordenó que lo empalaran en el palo más alto que hubiera. Cuando el monje ya estaba empalado el príncipe le preguntó si allí arriba olía mejor.

​La mujer holgazana
Vlad se encontró con un hombre trabajando en el campo que parecía falto de mujer por el aspecto de sus ropas. Al preguntarle si no estaba casado éste le dijo que sí. Vlad hizo traer a la mujer y le preguntó qué hacía en sus días, y ésta le dijo que lavar, hacer el pan y coser. Señalando a las ropas de su marido, Vlad no le creyó y decidió empalarla a pesar de que el marido afirmaba estar satisfecho con ella. Luego obligó a otra mujer a casarse con este hombre no sin antes amenazarla con el mismo destino si no cuidaba bien del campesino

​El voivoda Dan
Otra de sus acciones fue la muerte al voivoda usurpador Dan. Este había intentado derrocar a Vlad, tras su fracaso y después de ser capturado, Vlad lo mandó ejecutar no sin obligarle antes a cavar su propia tumba y asistir a sus propios funerales. Ocurrió en 1460.
​Los monjes mendigos
Cuando Vlad fue de visita a un pueblo de Valaquia, vio como dos monjes le pedían limosna. El príncipe les preguntó que por qué pedían limosna si podían vivir sin penurias colaborando en cualquier iglesia y éstos le respondieron que mendigando podrían saber si iban a entrar o no en el reino de los cielos, a lo que Vlad sin más miramientos, les mandó empalar y les dijo que así sus dudas quedarían resueltas de inmediato

La copa de oro
​También puso en una fuente de la plaza de la capital de Valaquia, Tirgoviste, una copa de oro para que todo el mundo bebiera en ella, pero aquel que la robara se sometería a la justicia del príncipe. Durante los años de su reinado nadie osó robar la copa de oro. Incluso tras su muerte la copa siguió durante un largo período en la fuente debido al temor que había infundido Vlad en los habitantes
Héroe nacional
​En 1976, el gobierno comunista de Nicolae CeauÅŸescu lo declaró Héroe de la nación al cumplirse el V Centenario de su muerte. Se han realizado infinidad de películas sobre el personaje pero siempre desde la perspectiva del vampiro y no de su biografía real durante todo el siglo XX.

